El verano a veces se puede hacer demasiado largo sino sabemos que preparar para comer o cenar y la idea de recurrir a sopas o platos de cuchara está descartado. Por eso es el momento de comer ensaladas y sopas frías que además de estar buenísimas nos evitarán que recurramos a picotear por casa y se nos añadan kilos innecesarios.
Esta ensalada es una de mis preferidas y muy fácil de preparar.
INGREDIENTES
- 5 tomates
- 300 gr. de mozzarella de búfala
- Canónigos y/o albahaca en hoja
- Crema de vinagre balsámico de módena.
- Pimienta negra (opcional)
RACIONES
4 personas (aunque en la foto es la ración para uno)
PREPARACIÓN
Los tomates que vamos a usar no pueden estar muy maduros pero tampoco verdes, una cosa intermedia. Los lavamos muy bien, ya que no les vamos a quitar la piel, y los cortamos en rodajas no muy gruesas.
Cortamos la mozzarella como más nos guste, en mi caso está cortada a lo ancho.
Y ya toca emplatar. En este caso hemos ido superponiendo rodaja de tomate y de búfala hasta crear varios pisos. Acto seguido decoramos con las hojas que más nos hayan gustado, previamente lavadas, y agregamos la crema de vinagre a nuestro gusto. ¿Por qué crema y no vinagre bálsamico a secas? El vinagre es demasiado líquido y nos quedaría una ensalada aguada mientras que la crema al ser más espesa es más fácil para usar y nos quedará un plato mucho más bonito, además de darle un sabor algo distinto.
Et voilà! Rápido y sencillo.
Consejo: antes de agregar la crema podéis espolvorear con un poco de pimienta negra u orégano según os apetezca. Si no queréis o no tenéis por casa crema balsámica podéis agregar salsa pesto fría. Una receta, dos ensaladas distintas.
Y no olvidéis compartir vuestras recetas preferidas.