Cuando era pequeña mi única manera de comer espinacas era en tortilla, y las detestaba. Detestaba aquella cosa verde que se me enganchaba en el aparato de la boca. Y encima caliente. ¡PERO! Descubrí años después las espinacas sin hervir, sin nada de nada. Las que te venden en una bolsa listas para lavar(porque yo siempre las lavo, aunque en la bolsita diga que vienen lavadas) y consumir. Me he hecho adictas a ellas para la ensalada. Encima son un buen sustituto de la lechuga que aportar, aporta bastante poco y encima hinchan.
Así que os traigo una de las 109283918492893 variaciones de ensalada que podéis hacer con las espinacas.
INGREDIENTES
- 1 Bolsa grande de espinacas ( 400 gr. aprox)
- 1 rulo pequeño de queso de cabra. Los rulos grandes los usaremos en otra ocasión.
- 1 puñado de arándanos rojos deshidratados
- 1 1/2 pechuga de pollo entera
- Sal, pimienta, orégano y albahaca
- Crema de vinagre balsámico
RACIONES
Para 4 si es como primer plato. Y si es para plato único me aventuraría a decir que para 2, a mi me gusta demasiado.
PREPARACIÓN
Troceamos la pechuga y media en trozos pequeños y sazonamos con las especias. Echamos en una sartén amplia, en la cual nos quepan todos los trozos, un poquito de aceite de oliva virgen extra y dejamos que se vaya haciendo mientras preparamos el resto de los ingredientes. De vez en cuando echarle un vistazos para darle la vuelta a los trozos y que no se nos quemen.
En un bol echamos las espinacas lavadas con un poco de sal, los arándanos y el queso de cabra troceado y removemos.
Cuando nuestro pollo esté listo lo agregamos al bol con los demás ingredientes, agregamos la crema balsámica al gusto y removemos para que se mezclen todos los ingredientes.
Y ya podemos servir nuestra ensalada. Mejor ahora que está el pollo calentito.
¡A disfrutar!
Y no olvidéis compartir vuestras recetas favoritas.